Arturo, no fue rey, pero sí un hacedor
La vida despidió este 25 de junio a Arturo Marziali, un dirigente insoslayable de la historia grande del automovilismo, ex presidente de la Asociación “Mar y Valle”, colaborador de siempre, y también comerciante y productor.
Por Edgardo Lillo.
No fue el rey de la mesa redonda, pero sí uno de los integrantes de la mesa chica de la Peña Pro Asfalto que concretó la inauguración de la carpeta el 16 de marzo de 1986 junto a otros ilustres como Carlos Gómez, Osvaldo Mairal, Pedro Arranz, el “Negro” Hugo Gómez, Dibo y Pancho Arabia, Pedro Heck, Raúl Mosca, Jorge Koch, Oscar Cunha, Carlos Pérez Luces, Camilo Giambelardino, Lolo Rapaport, "Pepe" Filipucchi, Puertas y el ex intendente, ingeniero Alfredo García (algunos también ya fallecidos).
También agarró la manija de la presidencia del “Mar y Valle” en años difíciles, del ’90 al 2003, aunque en realidad nunca es fácil conducir una asociación deportiva, sobre todo la que ha tenido grandes desafíos a lo largo de su rica historia, los deportivos y los otros que hacen a su existencia y crecimiento.
Arturo Marziali nos dejó este miércoles 25 de junio a los 80 años. Ya venía esquivando la despedida con algunos episodios del corazón, hasta que fue llamado a lo más alto del podio, ese lugar que comparte la buena gente, la visionaria, la que la discute con pasión y convicción, pero sobre todo hace y contribuye al hacer, esa que se extraña siempre en una sociedad, sobre todo como las nuestras, que todavía son chicas.
A pesar de su estado de salud, Arturo estuvo con sus amigos de la Peña Pro Asfalto hará hace un mes y medio, porque esos dirigentes eran, son y serán siempre y sobre todo eso, amigos, una palabra valorada y venerada por esa generación.
Arturo también dejó su huella como comerciante, siempre discutiendo cosas de la ciudad, del entramado, también se hizo famoso enla televisión nacional hace pocos años cuando mostró con orgullo su emprendimiento familia, laQuinta Narlú, esas que mostróuna excelente producción de fruta fina en el corazón de Bryn Gwyn.
Se nos fue Arturo, tal vez un rey en la casa, en la familia. Pero además un “Tano” sanguíneo que dejó un recuerdo excepcional.
Por Edgardo Lillo.
No fue el rey de la mesa redonda, pero sí uno de los integrantes de la mesa chica de la Peña Pro Asfalto que concretó la inauguración de la carpeta el 16 de marzo de 1986 junto a otros ilustres como Carlos Gómez, Osvaldo Mairal, Pedro Arranz, el “Negro” Hugo Gómez, Dibo y Pancho Arabia, Pedro Heck, Raúl Mosca, Jorge Koch, Oscar Cunha, Carlos Pérez Luces, Camilo Giambelardino, Lolo Rapaport, "Pepe" Filipucchi, Puertas y el ex intendente, ingeniero Alfredo García (algunos también ya fallecidos).
También agarró la manija de la presidencia del “Mar y Valle” en años difíciles, del ’90 al 2003, aunque en realidad nunca es fácil conducir una asociación deportiva, sobre todo la que ha tenido grandes desafíos a lo largo de su rica historia, los deportivos y los otros que hacen a su existencia y crecimiento.
Arturo Marziali nos dejó este miércoles 25 de junio a los 80 años. Ya venía esquivando la despedida con algunos episodios del corazón, hasta que fue llamado a lo más alto del podio, ese lugar que comparte la buena gente, la visionaria, la que la discute con pasión y convicción, pero sobre todo hace y contribuye al hacer, esa que se extraña siempre en una sociedad, sobre todo como las nuestras, que todavía son chicas.
A pesar de su estado de salud, Arturo estuvo con sus amigos de la Peña Pro Asfalto hará hace un mes y medio, porque esos dirigentes eran, son y serán siempre y sobre todo eso, amigos, una palabra valorada y venerada por esa generación.
Arturo también dejó su huella como comerciante, siempre discutiendo cosas de la ciudad, del entramado, también se hizo famoso enla televisión nacional hace pocos años cuando mostró con orgullo su emprendimiento familia, laQuinta Narlú, esas que mostróuna excelente producción de fruta fina en el corazón de Bryn Gwyn.
Se nos fue Arturo, tal vez un rey en la casa, en la familia. Pero además un “Tano” sanguíneo que dejó un recuerdo excepcional.