El negro más famoso

Hacedor multicultural y protagonista de hitos históricos. El "Negro Gómez", leyenda viviente, cumple años.

"El Negro" Hugo Edgar Gómez, leyenda viviente.
18 DIC 2025 - 11:15 | Actualizado 18 DIC 2025 - 11:20

Por Juan Miguel Bigrevich / Redacción Jornada

Llegó creyendo que era un punto en el mapa y terminó siendo su destino. Puerto Madryn, Rawson, Trelew: no fueron ciudades, fueron estaciones del alma. Todo el Valle como una cancha abierta, una red de voces, un río de historias que lo adoptó para siempre.

Protagonista y testigo de miles de acontecimientos culturales, políticos, sociales y deportivos, caminó la historia con los zapatos gastados y la libreta en el bolsillo. Hizo de todo. Cubrió carreras ciclísticas donde el ripio del Bajo Simpson parecía masticar ruedas y voluntades. Se cansó de la Doble Camarones, porque hay gestas que se repiten hasta volverse leyenda.

Gritó como nunca —como si el aire se le fuera en un solo aliento— el golazo del Chivo Figueroa a Cipolletti: Independiente daba un paso decisivo hacia su hora histórica. “El gol que más grité”, diría después. Y quedó dicho para siempre, como quedan las verdades simples.
Prestó —como él dice— la histórica cabina de chapa del rojinegro, cuando aún estaba en Estados Unidos, al Gordo José María Muñoz. El San Lorenzo del Toto visitaba Trelew en aquel Nacional inolvidable de 1972. Cubrió todo el torneo; transmitió incluso un partido desde Mar del Plata que jamás salió al aire. La radio, caprichosa como el viento patagónico, le cobró una suspensión. Las cicatrices también cuentan.

Viajó países siguiendo Juegos Olímpicos y Mundiales. Se rompió todo al bajar de un globo aerostático, porque la épica no siempre aterriza suave. Fue parte del primer partido de Tehuelches. Jugó bien al básquet. Hacedor medular de cuanta asociación parió nuestra provincia para defender usos y costumbres culturales, sociales y deportivas. Donde había que empujar, empujó.

Autor de frases que son sello en la radiofonía local: “Pelota por elevación”, “Tiro rasanteee…”, “…una serie de rebotes”. Y aquella publicidad inolvidable de La Madrileña, que todavía suena en la memoria como un jingle de infancia. Voz inconfundible de LU20. Productor periodístico y publicitario. Empresario de espectáculos y de la música popular. Un hombre-orquesta afinado por el tiempo.

Cuervo de ley, me dio mi primera oportunidad frente a un micrófono: me mandó a cubrir la campaña del Alberdi de Tommy Jones, Chanino Obredor, el Teta Casette, el Gringo Sonsogni y el Tin Proboste, allá por el ’89. Ese gesto funda destinos.

Fue parte de mi infancia, de mi adolescencia y de mi adultez. En fin: de mi vida.

Reconocido —junto a otros periodistas del deporte— en el Senado de la Nación Argentina. Bien merecido. Hugo Edgar Gómez. Simplemente, el Negro. Un privilegio haberlo conocido y decirle feliz cumpleaños en sus jóvenes ochenta y tantos.

Todos tenemos nombre y apellido. Él también. El Negro Gómez: una marca registrada. Feliz cumpleaños, maestro.

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"El Negro" Hugo Edgar Gómez, leyenda viviente.
18 DIC 2025 - 11:15

Por Juan Miguel Bigrevich / Redacción Jornada

Llegó creyendo que era un punto en el mapa y terminó siendo su destino. Puerto Madryn, Rawson, Trelew: no fueron ciudades, fueron estaciones del alma. Todo el Valle como una cancha abierta, una red de voces, un río de historias que lo adoptó para siempre.

Protagonista y testigo de miles de acontecimientos culturales, políticos, sociales y deportivos, caminó la historia con los zapatos gastados y la libreta en el bolsillo. Hizo de todo. Cubrió carreras ciclísticas donde el ripio del Bajo Simpson parecía masticar ruedas y voluntades. Se cansó de la Doble Camarones, porque hay gestas que se repiten hasta volverse leyenda.

Gritó como nunca —como si el aire se le fuera en un solo aliento— el golazo del Chivo Figueroa a Cipolletti: Independiente daba un paso decisivo hacia su hora histórica. “El gol que más grité”, diría después. Y quedó dicho para siempre, como quedan las verdades simples.
Prestó —como él dice— la histórica cabina de chapa del rojinegro, cuando aún estaba en Estados Unidos, al Gordo José María Muñoz. El San Lorenzo del Toto visitaba Trelew en aquel Nacional inolvidable de 1972. Cubrió todo el torneo; transmitió incluso un partido desde Mar del Plata que jamás salió al aire. La radio, caprichosa como el viento patagónico, le cobró una suspensión. Las cicatrices también cuentan.

Viajó países siguiendo Juegos Olímpicos y Mundiales. Se rompió todo al bajar de un globo aerostático, porque la épica no siempre aterriza suave. Fue parte del primer partido de Tehuelches. Jugó bien al básquet. Hacedor medular de cuanta asociación parió nuestra provincia para defender usos y costumbres culturales, sociales y deportivas. Donde había que empujar, empujó.

Autor de frases que son sello en la radiofonía local: “Pelota por elevación”, “Tiro rasanteee…”, “…una serie de rebotes”. Y aquella publicidad inolvidable de La Madrileña, que todavía suena en la memoria como un jingle de infancia. Voz inconfundible de LU20. Productor periodístico y publicitario. Empresario de espectáculos y de la música popular. Un hombre-orquesta afinado por el tiempo.

Cuervo de ley, me dio mi primera oportunidad frente a un micrófono: me mandó a cubrir la campaña del Alberdi de Tommy Jones, Chanino Obredor, el Teta Casette, el Gringo Sonsogni y el Tin Proboste, allá por el ’89. Ese gesto funda destinos.

Fue parte de mi infancia, de mi adolescencia y de mi adultez. En fin: de mi vida.

Reconocido —junto a otros periodistas del deporte— en el Senado de la Nación Argentina. Bien merecido. Hugo Edgar Gómez. Simplemente, el Negro. Un privilegio haberlo conocido y decirle feliz cumpleaños en sus jóvenes ochenta y tantos.

Todos tenemos nombre y apellido. Él también. El Negro Gómez: una marca registrada. Feliz cumpleaños, maestro.