Criadero de truchas en Dique Ameghino: una apuesta a la calidad

El proyecto encabezado por Adrián Salamín combina innovación, cuidado ambiental y producción artesanal, con una excelente aceptación en el mercado regional.

19 DIC 2025 - 11:53 | Actualizado 19 DIC 2025 - 12:10

En el Dique Florentino Ameghino se desarrolla un emprendimiento acuícola que comienza a consolidarse como una alternativa productiva con gran proyección. Se trata del Criadero de Truchas encabezado por Adrián Salamín, un proyecto familiar que nació a partir del interés de sus hijos y hoy abastece a restaurantes de distintas ciudades de la provincia.


La iniciativa tuvo sus primeros pasos en el año 2019, luego de que la familia recorriera diversos criaderos de la cordillera y conociera de cerca el potencial de la acuicultura. En diciembre de ese año adquirieron los primeros alevines de trucha arcoíris, provenientes de cepas importadas, con el objetivo de garantizar una mejora genética y evitar la consanguinidad, una práctica clave para lograr un producto de mayor calidad, mejor crecimiento y mejor carne.

El criadero se beneficia de condiciones naturales excepcionales. El agua del río Chubut, que surge desde el fondo del embalse, mantiene una temperatura fría y constante durante todo el año, ideal para la cría intensiva de truchas. Esta estabilidad térmica, sumada a la excelente calidad del agua, permite un desarrollo similar al de grandes criaderos patagónicos.

El proceso productivo incluye el desove durante los meses más fríos del año, una tarea que requiere técnica, estudio y adaptación a las condiciones locales. Salamín destaca que fue necesario complementar el conocimiento teórico con la práctica, ya que muchos estudios están pensados para regiones aún más frías. Además, el alimento de las truchas es elaborado en el propio emprendimiento, incorporando aceite de langostino que aporta el caroteno necesario para el color característico del pez.



Actualmente, la producción tiene una muy buena recepción en el mercado interno. Las truchas se comercializan principalmente en restaurantes de Dolavon, Puerto Madryn, Playa Unión y Comodoro Rivadavia. Se venden ejemplares frescos, en presentación mariposa, de entre 350 y 500 gramos, además de productos elaborados como trucha ahumada, pastas, escabeches y otros derivados.

El emprendimiento también apuesta a la economía circular. Los desperdicios de la producción se reutilizan para generar abono líquido, que se emplea en una pequeña plantación de frambuesas, frutillas y vides. Con estos frutos elaboran licores, dulces y alfajores, sumando valor agregado y diversificando la actividad.

Si bien el contexto económico y la caída del turismo impactaron en las ventas durante el último tiempo, desde el criadero continúan apostando al futuro, con la meta de avanzar hacia la exportación. Mientras tanto, la producción local de trucha en Dique Ameghino se consolida como un ejemplo de trabajo familiar, innovación y aprovechamiento responsable de los recursos naturales.

19 DIC 2025 - 11:53

En el Dique Florentino Ameghino se desarrolla un emprendimiento acuícola que comienza a consolidarse como una alternativa productiva con gran proyección. Se trata del Criadero de Truchas encabezado por Adrián Salamín, un proyecto familiar que nació a partir del interés de sus hijos y hoy abastece a restaurantes de distintas ciudades de la provincia.


La iniciativa tuvo sus primeros pasos en el año 2019, luego de que la familia recorriera diversos criaderos de la cordillera y conociera de cerca el potencial de la acuicultura. En diciembre de ese año adquirieron los primeros alevines de trucha arcoíris, provenientes de cepas importadas, con el objetivo de garantizar una mejora genética y evitar la consanguinidad, una práctica clave para lograr un producto de mayor calidad, mejor crecimiento y mejor carne.

El criadero se beneficia de condiciones naturales excepcionales. El agua del río Chubut, que surge desde el fondo del embalse, mantiene una temperatura fría y constante durante todo el año, ideal para la cría intensiva de truchas. Esta estabilidad térmica, sumada a la excelente calidad del agua, permite un desarrollo similar al de grandes criaderos patagónicos.

El proceso productivo incluye el desove durante los meses más fríos del año, una tarea que requiere técnica, estudio y adaptación a las condiciones locales. Salamín destaca que fue necesario complementar el conocimiento teórico con la práctica, ya que muchos estudios están pensados para regiones aún más frías. Además, el alimento de las truchas es elaborado en el propio emprendimiento, incorporando aceite de langostino que aporta el caroteno necesario para el color característico del pez.



Actualmente, la producción tiene una muy buena recepción en el mercado interno. Las truchas se comercializan principalmente en restaurantes de Dolavon, Puerto Madryn, Playa Unión y Comodoro Rivadavia. Se venden ejemplares frescos, en presentación mariposa, de entre 350 y 500 gramos, además de productos elaborados como trucha ahumada, pastas, escabeches y otros derivados.

El emprendimiento también apuesta a la economía circular. Los desperdicios de la producción se reutilizan para generar abono líquido, que se emplea en una pequeña plantación de frambuesas, frutillas y vides. Con estos frutos elaboran licores, dulces y alfajores, sumando valor agregado y diversificando la actividad.

Si bien el contexto económico y la caída del turismo impactaron en las ventas durante el último tiempo, desde el criadero continúan apostando al futuro, con la meta de avanzar hacia la exportación. Mientras tanto, la producción local de trucha en Dique Ameghino se consolida como un ejemplo de trabajo familiar, innovación y aprovechamiento responsable de los recursos naturales.